Ese día nos fuimos dirección a Mt Olympus, la montaña de la que todo el mundo habla, y de camino pasamos por un lago brutal donde se veía el Mt Cook de lejos. Había que ir hasta la base.
Sin duda es uno de los lugares de obligada visita. Solamente la carretera de acceso hasta el centro Hillary (recordemos que Edmund Hillary, el pionero del Everest, era Neozelandés, y le hicieron un museo del alpinismo e himalayismo en su honor) vale la pena, pues desde el valle se levantan tales moles de roca y hielo de una manera repentina, que impresiona.
Llegamos al centro Hillary y nos informamos del camino hasta la base. Nos dicen que hay que llegar en un servicio de furgoneta que se alquila, pero comenzamos a conocer a los neozelandeses y su olfato por saquear indefensos turistas, así que tiramos con la motorhome por un camino de gravilla en perfecto estado, hasta la base del paseo al Mt Hutt.
Un paseíllo de unos 20 minutos nos lleva hasta uno de los paisajes más brutales que he visto jamás. El lago glaciar lleno de icebergs que venían de una lengua de varias decenas de kilómetros y que se levantaban en la Mole que es el Mt Cook. Simplemente asombroso.
Está claro que tenía que desafiar los límites humanos, y siguiendo la línea del Mar de Tasmania, me descalcé y remojé los pies en el agua, que al principio no parecía tan fría, pero 10 segundos después cambiabas de opinión.
De allí regresamos, poco a poco a deshacer el camino hasta la autocaravana, y regresar hacia la carretera principal que nos iba a llevar a Mt Olympus dejando atrás un espectáculo de luces y colores que era el anochecer reflejado en el hielo azul.
Hacemos vía hasta llegar de nuevo a Methven. De allí, llegar al desvío hacia Mt Olympus era un momento, y del desvío hacia Mt Olympus hay 49 kms. Avanzamos con una cosa muy clara: no llegaremos hasta arriba en caravana. Los propios kiwis nos han advertido de lo peligrosa de la carretera...peor que la de Craigieburn incluso!!....Sigue
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