Último día en Chamonix. Nos levantamos pronto con un objetivo claro: El Couloir de les Cosmiques, uno de los descensos clásicos del Aiguille du Midi. Una pendiente sostenida de 900 metros de desnivel con una inclinación de 45º-50º a la que se accede con un rapel de 100 metros.

...Una bajada para recordar...
Llegamos al teleférico, pero al ser el siguiente día a una nevada con el sol luciendo en todo el valle, hay mucha gente así que no podemos coger el teleférico hasta las 12. Son las 9.
Decidimos ir a tomar un café con vistas al Montblanc, y recoger el apartamento, que esa tarde hemos de regresar. También Pau nos enseña las técnicas de rescate en grietas. Se aplican muchos principios de poleas y palancas y desdoblamiento de fuerzas. Mucha información para tan poco tiempo.
Así se hizo las 11.30 y nos fuimos de regreso al teleférico. Lo cogemos sobre las 11.45 y llegamos hasta arriba del Aiguille. Bajamos la arista encordados, pero esta vez con los esquís en la mochila, y vamos bastante más rápido. Se nota que se está coordinando el equipo machard.
Nos calzamos, y esta vez rodeamos el observatorio para ir a buscar las caras norte hasta justo debajo del refugio des Cosmiques.
Nos asomamos al Coiloir y da vértigo. El patio es asombroso, con el glaciar de Bossons 900 metros por debajo, los cuervos sobrevolando la zona y jugando con el viento que barre el couloir de abajo a arriba.
Hay un par de grupos en la pared rapelando. Desde arriba no se aprecia el desnivel que tiene la bajada, pero al ver como los giros de los riders son cortos y seguros, te hace ver que no te vas a meter en una pala normal.

Comenzamos a instalar los rapel. Esta vez nos acompañan Xavi y Felix, grandes escaladores y que van a asegurarnos la reunión del primer al segundo rapel. Desde aquí darles las gracias.
Primero baja Tato y se instala en la reunión 50 metros más abajo. Luego baja David y lo mismo. Luego le toca a Mollu, pero un problemilla con la longitud de las cuerdas hace que esperemos un rato con esas vistas. Mientras esperamos, el Montblanc habla...cae un alud que acaba en el desague de Bossons. Nuestra zona queda resguardada, pero igualmente impresiona. Es enorme y con una fuerza descomunal.
El rato de espera se hace largo. Hace frío y la altura comienza a hacer mella. Cuando finalmente nos toca encordarnos, estamos tiritando de frio. Pero hay que tirar.

Cuando me toca, bajo con el 8 en simple y nuestro gran amigo Machard por encima asegurando el descenso. La cuerda no corre...porqué?? se ha girado el 8...que rollo! Hay que bajar dejando más cuerda de la normal y destensando del todo el machard.

Llego hasta la reunión, donde está Felix. Me aseguro, cambio de cuerda, aseguro de nuevo el Machard y abajo. El ocho esta vez se ha quedado muyy torcido y se da la vuelta. Por lo que la cuerda no baja ni untándola en aceite. OK! relax y piensa. Estás en una pared de 55º en estos momentos, pero por lo menos hay nieve y te puedes asegurar. Decido hacer lo que Pau nos dijo que nunca hiciésemos: remontar unos metros y reinstalarme el 8. Sin ninguna consecuencia lo consigo, y bajo los últimos metros hasta donde está Xavi. Allí me saco los esquís, los calzo y me reuno con Tato, Mollu y David que están un poco más abajo esperando al resto del grupo.
Los primeros giros son en 50º con un patio que asusta. Aquí no valen errores, así que me dejo ir lo justo. La nieve al principio está dura, pero a medida que se baja comienza a quedarse polvo, hasta llegar a la pala principal donde está increíble.
El patio es de impresión. Nunca antes había visto una bajada tan larga con tanto desnivel continuo y la verdad que te empequeñece. Bajamos sin regalarnos lo más mínimo. Giros cortos y cada poco parar. A veces aparecen piedras escondidas, e incluso algún mini-serac, que saltamos y bordeamos para meternos en el laberinto del glaciar de Bossons, por suerte ya bien trazado.
Seguimos trazas y regresamos en diagonal rodeando el Aiguille. Es tarde y el peligro de desprendimientos es alto, así que nos apresuramos hasta la intermedia. De allí continuamos abajo por el bosque, que hoy ya si tiene la nieve transformada a medida que bajamos (son las 4 de la tarde y hace calor). Luego una diagonal con unas zetas por medio del bosque muy divertidas y finalmente por una purga de un antiguo alud hasta que ya no hay más nieve y caminamos la última media hora o así hasta el pueblo.
Bonito descenso sin duda. Duro y exigente, pero bello también. Nos felicitamos y a todos se nos ve la satisfacción en la cara. Ha sido un placer haber compartido esta experiencia con Mollu, Tato, Albert, David, Felix, Xavi y sobretodo con nuestro guía Pau.

Son las 6 de la tarde y debemos regresar a España, así que regresamos al apartamento, ducha, recogemos todo, comemos algo y nos ponemos de regreso a las 9 de la noche. El día siguiente será duro, si, pero con una sonrisa en la boca seguro que pasará mejor.
See you soon Cham.
1 comentario:
Acojonante, impresionante... ¡Felicidades!
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